terça-feira, 10 de setembro de 2019

Cortesía con todo lo que fue.

También me doy cuenta en este instante de que en mi vida no han sucedido grandes cosas, y sin embargo llevo dentro de mí un hondo sufrimiento. El dolor no es en absoluto un impedimento para la alegría, tal como yo entiendo el dolor, pues para mí está vinculado a la intensificación de la conciencia. El sufrimiento es una conciencia expandida que alcanza a todas las cosas que han sido y serán. Es una especie de amabilidad secreta con todas las cosas. Cortesía con todo lo que fue. Y de la amabilidad y la cortesía nace siempre la elegancia.
Es una forma de conciencia general. El sufrimiento es una mano tendida. Es amabilidad hacia los otros. Mientras sonreímos, por dentro desfallecemos. Si elegimos sonreír en vez de caernos muertos en medio de la calle es por elegancia, por ternura, por cortesía, por amor a los otros, por respeto a los otros.
Manuel Vilas, Ordesa

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